viernes, 19 de febrero de 2016

VIDA DIARIA. La religión católica.

En los ideales de convivencia en la España del XVII,  la religión católica, con contradicciones y poder de control e imposición, ocupan un lugar preeminente. La religión es sistema articulado y coherente que organiza la vida y está siempre presente.
Hay una religiosidad popular que se manifiesta en multitud de formas y costumbres arraigadas de fiestas y ritos, de prácticas de la vida diaria y especialmente en la devoción a santos y vírgenes, que llenan España de fiestas, ermitas y romerías.


La iglesia postridentina se esfuerza, por su parte, en organizar la piedad popular por los cauces de ceremonias, sacramentos, catequesis, según las necesidades. Los cuadros de Carreño, Rubens o Herrera, muestran la espectacularidad ceremonial de una misa, la personificación de la Eucaristía, el triunfo del Sacramento. Calderón de la Barca en sus autos sacramentales —mediante el simbolismo, la alegoría y la belleza formal de su verso— dio estructura teatral a dogmas, historia y ética de la religión católica.

Pero además de la labor de catequesis y educación, el control, mediante el Tribunal del Santo  Oficio.


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