Carlos V fue un hombre bastante hábil políticamente. En el siguiente artículo se describen una serie de reformas institucionales de carácter práctico para gobernar su vasto imperio, pero a la vez burocrático por la serie de organismos (sínodos) de los cuales depende.
La reorganización política
Entre 1522 y 1529, en el transcurso de la estancia más larga del emperador en la Península, el rey consolidó su gobierno. Y lo hizo no sólo rodeando su administración de buenos colaboradores, al frente de los cuales se situó Francisco de los Cobos, sino reorganizándola mediante concejos (sínodos), es decir, comités reducidos de especialistas en distintas áreas políticas y territoriales de gobierno que le asesoraban.
En la cima de esta estructura se situó el Consejo de Estado, fundamental en materia de política exterior y también en otras, aunque nunca se llegó a configurar como la instancia suprema de poder pese a los deseos de su gran canciller, Mercurino Gattinara. Después se alinearon el Consejo de Hacienda, el Consejo de la Inquisición y el Consejo de Órdenes Militares, todos ellos de signo general, mientras que territorialmente el Consejo de Castilla, el Consejo de Aragón y el Consejo de Indias se distribuían los asuntos de aquellas tierras, dejando abierta además la puerta para la creación de nuevos organismos.
Francisco de los Cobos
Entre los Consejos y el rey, un número cada vez mayor de secretarios (miembros de la pequeña nobleza y sobre todo, cada vez en mayor número, plebeyos de formación universitaria) atendía la intensa actividad burocrática que generaba la gestión del imperio: tomaba nota de las reuniones, copiaba cartas y memoriales, expedía la documentación y servía de enlace entre las distintas áreas de gobierno, siempre y cuando existiera entre ellos un buen entendimiento y armonía.
http://www.biografiasyvidas.com/monografia/carlos_v/reinado.htm
Casi es preferible colgar el link únicamente.
ResponderBorrar