Ajena al estilo concertado italiano, la música litúrgica en latín continuó utilizando la escritura de finales del XVI. Se alternaba polifonía imitativa con homofonía, pero con un gran uso de la policoralidad. Se siguieron cultivando las viejas formas: La misa, incluyendo las antiquísimas de cantus firmus y las misas parodia, más otros tipos como la misa de batalla, de moda en la segunda mitad del XVII como demuestran –entre muchos otros– los dos ejemplos de Carlos Patiño. De igual manera el motete, con autores aún en la tradición clásica de Victoria como Sebastián de Vivanco o más atraídos por la policoralidad como el segoviano Sebastián López de Velasco. En el siguiente enlace: Música vocal en el barroco, en las páginas 6 y 7, se especifica sobre la música religiosa barroca de España y de como la forma más importante es el villancico. Dos de los representates más importantes de estos villancicos son Cristóbal Galán y Mateo Romero.
Oygan los dulzes ecos - Cristóbal Galán (ca.1620/25 - 1684)
Soberana María - Mateo Romero (Mathieu Rosmarin) (Lieja, Bélgica 1575 - Madrid 1647)
Bonitos los ejemplos, pero no demasiado pertinentes.
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