Teoría Sobre Barroco
EL BARROCO (SIGLO XVII)
El Barroco es una de las dos corrientes artísticas que comprende el Siglo de Oro. Recordemos que el Siglo de Oro abarca dos corrientes: Renacimiento (s. XVI) y Barroco (s. XVII). El Barroco se corresponde, pues, con el siglo XVII.
El Barroco es un periodo de CRISIS a todos los niveles. Hay crisis económica, social y también hay crisis en cuanto a la confianza del hombre en sí mismo.
Periodo de desengaño de los ideales humanistas. DESCONFIANZA EN LA NATURALEZA HUMANA, en oposición a la fe de los renacentistas en el hombre. Baltasar Gracián (autor del Barroco) tiene una frase que resume muy bien esta actitud: “Maldito el hombre que confía en otro, y sea quien fuere”.
Hay una VISIÓN PESIMISTA DE LA VIDA, frente al optimismo que caracterizaba al Renacimiento. Recordemos que el Renacimiento supuso una decidida confianza en el hombre, un entusiasmo ante la Naturaleza y enormes ganas de vivir. El mundo -se pensaba- podía ser organizado armónica y racionalmente .A estos sentimientos correspondía un claro idealismo. Ahora, en el Barroco, encontramos un profundo DESENGAÑO.
La sociedad barroca se debate entre dos extremos: por un lado, la suntuosidad y el lujo; por otro lado, el desaliento, la pobreza, la corrupción política. Hay una obsesión por aparentar.
Ese periodo está, además, marcado por la RIGIDEZ, la INTOLERANCIA RELIGIOSA (aspectos que ya vimos que se habían iniciado con Felipe II).
Pero este siglo de crisis y decadencia es, a la vez, de un prodigioso esplendor artístico y literario
Crisis social y económica
En el siglo XVII, España sufrió una grave crisis demográfica, consecuencia de la expulsión de casi 300.000 moriscos y de la mortalidad provocada por las continuas guerras, el hambre y la peste.
La sociedad española del siglo XVII era una sociedad escindida: la nobleza y el clero conservaron tierras y privilegios, mientras que los campesinos sufrieron en todo su rigor la crisis económica. La miseria en el campo arrastró a muchos campesinos hacia las ciudades, donde esperaban mejorar su calidad de vida; pero en las ciudades se vieron abarcados al ejercicio de la mendicidad cuando no directamente a la delincuencia.
Por otra parte, la jerarquización y el conservadurismo social dificultaban el paso de un estamento a otro y sólo algunos burgueses lograron acceder a la nobleza. La única posibilidad que se ofrecía al estado llano para obtener los beneficios que la sociedad estamental concedía a los estamentos privilegiados era pasar a engrosar las filas del clero. Este hecho, unido al clima de fervor religioso, trajo como consecuencia que durante el siglo XVII se duplicara el número de eclesiásticos en España.
El pesimismo Barroco
En el barroco, la concepción de la muerte está íntimamente ligada al desengaño y pesimismo que caracteriza la época. Se produce una vuelta al S XV, a la visión negativa del hombre, a la concepción de la vida como algo breve, fugaz, en oposición al vitalismo renacentista.
La importancia que cobra la muerte se debe en gran medida al protagonismo del TIEMPO: el hombre barroco piensa que el tiempo lo destruye todo y que conduce irremediablemente a la muerte. El poder destructor del tiempo da lugar a toda una serie de imágenes relacionadas con la caducidad de las cosas, que se repiten a lo largo de la poesía de este periodo:
Las ruinas: contraste entre el ayer y el hoy que muestra la decadencia que trae el tiempo
El reloj: imagen del paso del tiempo, de la brevedad de la vida, que marca con su sonido la inevitable llegada de la muerte.
Las flores: símbolo de la brevedad de la hermosura
Otros: los espejos, el laberinto, juegos de oposiciones, el azar o la fortuna.
Esta visión barroca provoca una angustiada visión de la existencia:
La vida es sufrimiento
La vida es breve
La inconsistencia de la vida
Vivir es ir muriendo.
Maria Laura Alcalá
Génesis González
David Oliveros
Fuente?
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