domingo, 31 de enero de 2016

Arquitectura barroca: América Central

El desarrollo del barroco centroamericano se parece en algunos casos, vinculados a procesos similares, al de ciertas áreas mexicanas pero en otros predomina el carácter regional aferrado a las tradiciones y tecnologías locales.

El siglo XVI será en América Central el de la implantación de las órdenes religiosas, sobre todo de los franciscanos, dominicos y agustinos. Constan sus conventos de una iglesia de nave única cubierta por bóvedas de crucería y coronada de almenas; de un enorme atrio con barda y puerta en cuyos ángulos se levantan las “capillas posas” o lugares de reposo en las procesiones. A veces hay también “capillas abiertas” o “de indios”, especie de pequeñas iglesias semicubiertas desde donde se pueden seguir los oficios. Esto sin contar las dependencias: uno o varios claustros, número muy limitado de celdas y, en fin, el resto de los locales puramente utilitarios.

Los franciscanos fueron los más sobrios; los dominicos ya agregaron cruceros a las iglesias, y los agustinos cubrieron literalmente sus conventos de pinturas murales, realizadas a veces en simple grisalla.

Si el siglo XVI corresponde en América Central a la fundación de ciudades y al proceso de instalación de las órdenes, no hay duda de que el siglo XVII ve sobre todo la terminación de las primeras grandes catedrales y el inicio de las obras de ciertos voluminosos conventos urbanos, cuya novedad consiste en no ser sólo masculinos como hasta entonces, sino también, en gran número, conventos femeninos especialmente de clausura.

La actitud mental que preside toda esta arquitectura es distinta si se compara a la precedente. En el primer caso se estaba ante una arquitectura de circunstancias; en las nuevas sedes episcopales y conventuales se descubrirá una voluntad de arte “culto” con influencia poshe-rreriana en la disposición general de las masas -que revelan cierta sobriedad- y, en contrapunto, un tratamiento barroco del detalle principalmente en lo concerniente a los retablos, un tanto solemnes y recargados en esa fase del siglo XVII.

Hay que agregar que este siglo XVII es también el momento en que empieza a afirmarse la “escuela poblana”, es decir, el uso de yeserías en el interior de los locales y de la policromía de la cerámica usada como revestimiento al exterior.

En las grandes ciudades, las obras comenzadas en el siglo XVI van a ser proseguidas o terminadas durante el siguiente y con las características con que habían sido imaginadas salvo algunos detalles de la decoración, más sujeta a la moda. La alta sociedad buscaba la elegancia en una artificialidad amanerada; se adornaban las iglesias y los domicilios lujosamente; las estatuas de los santos fueron vestidas de sedas y rasos; el baile, el modo de hablar y de escribir, todos se hicieron muy elaborados.

Guatemala

Catedral de San José. Antigua Guatemala, Guatemala.
Iglesia y convento de La Merced. Antigua Guatemala, Guatemala.
Panamá

Nuestra Señora de la Merced. Panamá, Panamá.
Ruinas del Convento de la Compañía de Jesús. Casco Viejo, Panamá.
Nicaragua

Basílica Catedral de la asunción de León, “La Catedral de León”. Patrimonio de la Humanidad.

Caterine Dos Ramos
Fabiola Fulco
María V. Aular
Jesús Zerpa

Arquitectura barroca: América

En Perú:

Catedral de Cuzco o Catedral Basílica de la Virgen de la Asunción
Arquitecto: Francisco Antonio Guerrero y Torres
Construcción: 1539-1664
Ubicación: Cuzco, Perú


Basílica y Convento de San Francisco de Lima
Arquitecto: Constantino de Vascocellos
Construcción: 1546-1669
Ubicación: Lima, Perú


En México:

Catedral Metropolitana de la Ciudad de México
Arquitecto: Claudio Arciniega y Juan Miguel Agüero. Encargado de la fachada central: Luis Gómez de Trasmonte
Construcción: 1573-1793
Ubicación: México D.F., México


Palacio de los marqueses de Jaral de Berrio. Conocido actualmente como Palacio Iturbide
Arquitecto: Francisco Antonio Guerrero y Torres
Construcción: 1779-1785
Ubicación: México D.F., México


En Cuba:

Catedral de la Virgen María de la Concepción Inmaculada de La Habana
Construcción: 1727-1778
Ubicación: La Habana Vieja, Cuba

En Colombia:

Iglesia de San José o Iglesia de la Compañía de Jesús
Arquitecto: Reconstrucción en manos de Simón Shenherr, S.I. 
Construcción: 1736
Ubicación: Popayán, Colombia

En Bolivia:

Catedral de la Villa Imperial de Potosí
Construcción: 1809-1839
Ubicación: Potosí, Bolivia

En Argentina:

Catedral de Córdoba o Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción
Arquitecto: Ricardo González Merguete. Encargado de la fachada: Andrés Blanqui
Construcción: 1580-1758
Ubicación: Córdoba, Argentina



Caterine Dos Ramos
Fabiola Fulco
María V. Aular
Jesús Zerpa

Arquitectura barroca: América

En América, tras la conquista española, el lenguaje del barroco se desarrolló de forma importante enriqueciéndose con la mano de obra y los conceptos propios de la arquitectura y arte precolombino, como el uso extensivo de colores brillantes, además de estar reforzado con el arte mudéjar, herreriano y plateresco traído de España. Tres son los impulsores del barroco en América: la Corona, la burguesía y los jesuitas como representantes de la Iglesia. La arquitectura también fue un vehículo para la evangelización. Los primeros conventos y las primeras iglesias americanas, de estilo renacentista, tendrán aspecto de fortaleza, debido al carácter de frontera con las Indias. 

México 

Uno de los centros más importantes en el desarrollo del barroco Americano fue México que combinó los estilos traídos de España, como plateresco y herreriano, con el estilo de los indígenas mexicanos. Un ejemplo de esto lo tiene la catedral metropolitana de la Ciudad de México que es la síntesis de todas las influencias occidentales que vinieron a América, es el monumento estilístico más híbrido de la colonia. Fue Construida sobre el Templo mayor de los aztecas utilizando las piedras de la misma además de presentar distintas etapas de construcción en donde se hacen notar los estilos barroco y hasta neoclásico.

No solo se construyeron catedrales también se construyeron palacios para la burguesía mexicana  como el  palacio de Jaral de Berrio. Presenta dos plantas, en su fachada, de cantera rosa, presenta columnas de orden jónico, un torreón a cada costado, entre otros motivos que nos hablan de ese carácter mixto de la arquitectura mexicana. 

Cuba y Colombia 

En las Antillas, específicamente en cuba, el estilo barroco tiene tintes italianos como se puede observar en La Catedral de la virgen María de la concepción inmaculada de la Habana. Este recinto sagrado perteneció, al principio, a los jesuitas pero 1767, por orden de la corona española, los jesuitas fueron expulsados de las Américas. En Colombia, Iglesia de San José o Iglesia de la Compañía de Jesús, construida por Simón Schenherr presenta, en su planta,  el esquema seguido por los Jesuitas en la América, nave central y capillas laterales, cubiertas con bóvedas de medio cañón. 

Bolivia, Perú y Argentina 

En Bolivia tenemos la catedral de la Villa Imperial de Potosí que presenta tanto rasgos barrocos como neoclásicos, se utilizaron piedras, ladrillos y cuenta con una cúpula central y dos torres. En Perú con la catedral de Cuzco o Catedral Basílica de la Virgen de la Asunción tenemos un estilo plateresco con tres naves: nave de la epístola, nave del evangelio y la nave central, coincidentes con las tres puertas de la fachada. Tiene catorce pilares cruciformes que definen la distribución de las veinticuatro bóvedas de nervadura, siendo las más grandes la bóveda de ingreso y la del crucero. Por último, en argentina, con la catedral de Córdoba o Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, nos invita a detallar sus múltiples estilos, como lo son el plateresco, mudéjar y hasta neoclásico.

Caterine Dos Ramos 
Fabiola Fulco
María V. Aular
Jesús Zerpa



  SOCIEDAD ESPAÑOLA EN EL BARROCO

El Barroco es una época o periodo de la historia que transcurrió entre finales del siglo XVI y finales del siglo XVII, justo después del Renacimiento. Durante este periodo hubo muchísimas manifestaciones artísticas y culturales en Europa y más tarde también llegó a la América latina. La palabra deriva del portugués, que más tarde se cruzó con la italiana barroco (razonamiento retorcido).
El barroco expresa la conciencia de una crisis, apreciable contrastes sociales: el hambre, la guerra, la miseria. Suele establecerse una distinción entre el barroco de los países protestantes y el de los países católicos (barroco de la Contrarreforma).

Problemas políticos y militares
El siglo XVII fue para España un período de grave crisis política, militar, económica y social que terminó por convertir el Imperio Español en la segunda potencia europea. Los llamados Asturias menores -Felipe III, Felipe IV y Carlos II- dejaron el gobierno de la nación en manos de ministros de confianza como el duque de Lerma y el conde-duque de Olivares.
En política exterior, el duque de Lerma, hombre de confianza de Felipe III, adoptó una política pacifista y logró acabar con todos los conflictos heredados del reinado de Felipe II. Por el contrario, el conde-duque de Olivares, hombre de confianza de Felipe VI, involucró de lleno a España en la guerra de los Treinta Años, en la que sufrió graves derrotas militares.
Durante la segunda mitad del siglo, Francia aprovechó la debilidad militar española y ejerció una continua presión sobre los territorios europeos regidos por Carlos II. Como consecuencia de esta presión, la Corona española perdió buena parte de sus posesiones en Europa, de modo que a principios del siglo XVIII el Imperio español en Europa se había reducido casi en su totalidad.
En política interior, la crisis no fue menos importante. El duque de Lerma procedió a la expulsión de los moriscos (1609).Posteriormente, la política centralista del conde-duque de Olivares provocó numerosas sublevaciones en Cataluña, Portugal, Andalucía, Nápoles y Sicilia. La rebelión catalana fue sofocada el año 1652, mientras que la sublevación portuguesa desembocó en la independencia de ese país (1668).

La crisis social y económica
En el siglo XVII, España sufrió una grave crisis demográfica, consecuencia de la expulsión de casi 300.000 moriscos y de la cantidad de muertes provocadas por las numerosas guerras, el hambre y la peste.
La sociedad española del siglo XVII estaba muy dividida por sus notables diferencias entre estamentos.
La nobleza y el clero conservaron tierras y privilegios, mientras que los campesinos sufrieron más la crisis económica. La miseria en el campo arrastró a muchos campesinos hacia las ciudades, donde esperaban mejorar su calidad de vida; pero en las ciudades no les salieron las cosas como esperaban y tuvieron que mendigar o robar.
Por otra parte, la jerarquización social dificultaban el paso de un estamento a otro y sólo algunos burgueses lograron acceder a la nobleza. La única posibilidad que se ofrecía al estado llano para obtener los beneficios que la sociedad estamental concedía a los estamentos privilegiados era siendo cura y así ir ascendiendo en el clero. Este hecho hizo que durante el siglo XVII se duplicara el número de eclesiásticos en España.

Pensamiento de la sociedad
El pensamiento racionalista tuvo en el siglo XVII algunas de sus figuras más destacadas: Descartes, Leibniz, Spinoza... Todos ellos relegaron la posibilidad de un saber revelado y defendieron que la razón es la principal fuente de conocimiento humano. De este modo sentaron las bases del racionalismo.
En España, la influencia del racionalismo apenas se dejó sentir. En su lugar, se registra una actitud de escepticismo hacia la naturaleza humana, escepticismo que conduce a una visión pesimista del mundo.
En la obra se puede apreciar en el personaje de Segismundo, al comienzo, como encarcelado se le describe como un alma reprimida, muy reflexiva y como esta alterado por su reclusión.

Dualidad en la obra

La representación de la civilización y la barbarie en Segismundo es la dualidad, un tema muy importante en esta obra y típico del barroco. El recurso es la antítesis. Con ella logra contraponer dos ideas. En este caso la civilización o la cultura, y la barbarie o la irracionalidad se interponen para crear este monstruoso personaje. Pero que durante la obra, el personaje, evoluciona hasta convertirse en una persona comprensiva. Dentro de la obra la antítesis más grande es el personaje de Segismundo el cual representa los términos más opuestos, la civilización y la barbarie.

La ropa de la España barroca
Las personas que vivían en esta época llevaban una vestimenta característica:
-Las mujeres llevaban faldas grandes y usaban el tonillo para retener la forma de la falda. Las mangas eran muy largas y grandes. Llevaban también una mantilla negra sobre la cabeza.
-Los hombres llevaba una pieza llamada golilla. Ésta se colocaba alrededor del cuello. El manto cabría tres cuartas partes del cuerpo (era una pieza semejante a la capa). Los pantalones eran cortos.
-La ropa de los campesinos era de muy mala calidad y solía estar muy sucia puesto que no la lavaban muy a menudo. Los trabajos que realizaban en el campo no les permitían llevar ropa de mayor calidad. Los zapatos eran de cuero o lona.

SOCIEDAD ESPAÑOLA EN EL BARROCO (II)


El barroco tiene unas grandes raíces impuestas sobre esta obra. Se dan características de la época en todo momento del libro, como por ejemplo, el contraste que experimenta Segismundo al salir de su celda para volver a ella más tarde, o el moralismo impuesto por la acción del pueblo liberador.

Se da también una dificultad retórica que acompaña al desengaño del protagonista, ambos elementos también son típicos del barroco.
En los primeros versos de la obra pueden apreciarse algunos importantes aspectos del arte barroco de Calderón: abundancia de metáforas, imágenes hiperbólicas, referencias a la mitología; el dinamismo que emana de la visión del caballo desbocado, la áspera violencia del paisaje aludido, etc. Hay que subrayar la importancia de esta descripción para el estado emocional de Rosaura y anticipar el de Segismundo.

Ejemplos de dos temas importantes del barroco
- Otra característica de la obra es el hecho de que se logren interpretar escénicamente los temas del desengaño (un tema muy propio también de la época) y la vida como sueño. Calderón cree que en esta vida estamos únicamente para sufrir y para vivir la vida que se nos ha asignado (creencia del Barroco). La sociedad de Calderón es una sociedad muy pesimista y él lo refleja en su obra. La vida como sueño era un tema que se había tratado muchísimas veces en la literatura, y nos plantea la duda de lo que es realidad y lo que es un sueño, lo que se ve claramente en el personaje de Segismundo cuando le sacan de la torre por segunda vez y él no está seguro del todo de si es un sueño, como fue la otra vez, o es la realidad. Sin embargo, Calderón no responde a la pregunta, tan solo dice que en la realidad como en los sueños hay que obrar bien, que es lo que hace Segismundo la segunda vez que le sacan de la torre.
- El deshonor es otro tema que se trata con gran interés en la obra. También es un tema muy importante para la sociedad barroca. La historia de Rosaura se basa en que Astolfo le prometió matrimonio, pero vuelve a Polonia sin cumplir su promesa y para casarse con Estrella. Debido a esto, Rosaura pierde su honor y sigue a Astolfo hasta Polonia para recuperarlo, este es el tema principal en la historia de Rosaura. En el siglo XVII quien perdía el honor tenía que recuperarlo y se podía hacer de dos formas, haciendo que el caballero cumpliese su promesa o matando al caballero que le había deshonrado. La primera intención de Rosaura es conseguir que Astolfo cumpla su promesa casándose con ella, ya que si no tendrá que matarle para recuperar la honra que le fue quitada. Para recuperarla primero pide ayuda a Clotaldo, como Astolfo le había salvado la vida a Clotaldo, este se echa atrás y no ayuda a Rosaura a recuperar su honra. Entonces Rosaura pide ayuda a Segismundo, quien le ayuda, pero para no deshonrar a Estrella (ya que Astolfo se iba a casar con ella) decide que él mismo será quien se case con ella.

Esto demuestra la importancia que tenía la honra en las sociedades del barroco.

En este párrafo se muestra la importancia de los grupos sociales:
El padre de Calderón era de familia hidalga (venía de familia noble), pero tenía un oficio inadecuado con relación a su ascendencia: escribano del Consejo de Hacienda del rey. En 1635, cuando Calderón tenga que probar su nobleza para vestir el hábito de Santiago, el oficio del padre será un obstáculo y necesitará una dispensa especial del Papa; con ella puede recibir el honor que estaba en litigio.
En el teatro, también se distinguían las clases sociales. En las obras de teatro, la nobleza ocupaba los balcones y las ventanas de las casas, y las damas asistían al espectáculo con la cara cubierta por una máscara.


Características que hacen que sea de la época barroca:
Tiene una finalidad de entretenimiento y confirma la regla de las tres unidades: unidad de acción, unidad de lugar y unidad de tiempo, aunque no la sigue a rajatabla.

División del drama en tres actos o escenas, respondiendo al esquema planteamiento, nudo y desenlace.

Los temas principales van a ser la honra y el amor, tocando a veces el tema satírico. Esta obra, La vida es sueño, tiene una temática filosófica: la libertad del hombre o la predestinación divina.

Importancia del teatro en el barroco
El género teatral se convirtió en uno de los más representativos del barroco. Las obras de teatro se representaban en corrales, que eran patios rodeados de casas. En las obras de Calderón predomina la serenidad, la reflexión y la perfección en contraste con la improvisación de Lope de Vega. Otra diferencia con su maestro Lope estriba en que la acción de Calderón es más concentrada, para eliminar las acciones secundarias y para penetrar más en la psicología de los personajes.
Es muy importante en su técnica teatral el desarrollo que adquiere la escenografía. El lenguaje se complica y enriquece con elementos culteranos. El resultado es un teatro puramente barroco.  


CÁNONES DE BELLEZA EN LA CULTURA OCCIDENTAL EL BARROCO ESPAÑOL

A partir del siglo XVII la moda española pierde su liderazgo a nivel internacional al perder España el protagonismo político y económico que hasta estos momentos mantenía. Conservó una indumentaria ajena a las influencias de la moda extranjera, diferenciándose del modelo francés que dominaba toda Europa. Las diferencias entre estas dos tendencias pueden observarse en el tapiz diseñado por Charles Le Brun, que recoge el encuentro de Felipe IV y de Luis XIV en la Isla de los Faisanes (07 de junio de 1660).  El traje masculino en España siguió siendo sencillo y sobrio, exceptuando el paréntesis de excesivo lujo que se vivió durante el reinado de Felipe III, de colores austeros, especialmente negro. Mientras que el traje femenino sufrió cambios frecuentes al evolucionar hacia formas complejas a veces excesivas. Los franceses muestran pelucas y una vestimenta de vivos colores con casacas, mangas globulares, calzones tipo enaguas con abundantes adornos de cintas, lazos y encajes, frente a la austeridad y sencillez de los españoles, que visten justillos y la Infanta Maria Teresa traje con guardainfantes. Autorretrato de Velázquez en donde muestra el cuello de golilla que pasará a ser todo un símbolo del carácter serio y altivo español.

El Barroco en la España de Felipe III (1598-1621): Las prendas son básicamente las mismas pero aumentan su volumen. Las ropillas son más largas y provistas de brahones mayores que los usados con anterioridad con mangas estrechas por cuyas bocas sobresalen grandes puños de encaje rizado. Las lechuguillas alcanzan dimensiones desmesuradas que envaran la figura y dificultan los movimientos. Las calzas acusan mayor alargamiento y abombamiento lo que produce una silueta de tonelete. Los años iniciales del siglo XVII presentan una continuidad con las formas del traje de finales del siglo anterior con una tendencia generalizada al exceso. La indumentaria femenina se caracteriza por el lujo excesivo, el rico colorido y las formas exageradas sobresaliendo las grandísimas lechuguillas; supone una continuidad de la moda del siglo anterior mostrando una tendencia a la complicación, a la desmesura en ciertos momentos y a los cambios frecuentes; la sensación que trasmite la imagen de la mujer es de gran rigidez en la figura, caracterizada por una silueta cónica que oculta las formas femeninas en la que sólo se muestra al descubierto el rostro y las manos.
Durante el reinado de Felipe IV se producen decisivos cambios en la indumentaria española con un giro hacia la mayor sencillez. En la pragmática del 11 de Febrero de 1623 en un intento de frenar el lujo y los excesos de la moda se prohíbe el abuso de metales preciosos y la abundancia de sedas y guarniciones en os vestidos y se impone la obligación de usar valona. La indumentaria masculina estaba formada por una camisa interior sobre la que se vestía el jubón y los calzones o greguescos que desde 1622 sustituyeron totalmente a las calzas; los greguescos eran más estrechos que las calzas y tenían forma abombada y llegaban por debajo de la rodilla donde se abrochaban mediante cintas adornadas con rosetas; el resto de la pierna se cubría con medias de seda, hilo, algodón o lana.
   
 
Felipe IV (1621-1665): Se usaba ropilla con brahones (rosca o doblez que ceñía la parte superior del brazo) y cortos faldones que podían mostrar las mangas del jubón si contaba con mangas colgantes. Cambia la fisonomía del cuello del traje que impone el uso del cuello llamado golilla (cuello rígido, sencillo y almidonado) con valona casi horizontal con un ángulo por delante en sustitución de la lechuguilla. Los sobretodos más comunes eran el ferreruelo y la capa. Como calzado se usaban zapatos de cordobán, flexibles, con orejas, de punta cuadrada, atados con cintas en forma de roseta, al estilo de las de los calzones. Para viajes o montar a caballo se usaban botas de caña alta. De 1621 a 1665 el traje femenino adquiere mayor complicación y volumen debido a la aparición del llamado “guardainfante” que origina una nueva silueta en la mujer, conservando la moda española su originalidad frente a la influencia francesa. Aparatosa prenda que resalta las caderas y se ponía en la cintura sobre las enaguas; estaba formada por un aro de mimbre en su parte superior al que iban sujetos con cuerdas aros de alambre o hierro. Aparece hacia 1630 y desaparece en 1679 de él derivan Tontillo del siglo XVII Miriñaque del siglo XIX muy popular en España bajo el reinado de Carlos II, su nombre alude a que permitía ocultar los embarazos. La Camisa de la mujer y varias enaguas elaboradas en materiales ligeros como el lienzo; sobre la camisa se disponía la pieza del busto interior (que nunca pasaba de la cintura) y sobre las enaguas se colocaba el guardainfantes cuyas dimensiones irán aumentando a lo largo del siglo. Sobre el guardainfante se colocaba una (a veces dos) falda interior, la pollera, que se fruncía en la cintura. Sobre la pollera y la pieza del busto interior se disponía el traje exterior, compuesto por: Cuerpo y basquiña. A lo largo del siglo el escote del cuerpo evoluciona hacia un escote cuadrado o de tipo barco muy pronunciados que dejaban al descubierto la garganta y los hombros, partes del cuerpo que se solían velar con encajes, no obstante, el recato de la corte hace que en 1639 se prohíba el uso de cuerpos escotados en el traje de la mujer, exceptuando el de las prostitutas. El cuerpo se encontraba profundamente adornado por delante con joyas, botones y lazos. El sobretodo más usado para salir era el manto (negro y amplio, cubría de la cabeza a los pies y a veces el velo. Las piernas se cubrían con medias de seda, lana o paño. Los sombreros acompañaban a la indumentaria ocasionalmente, especialmente en los viajes, y se sujetaban a la cabeza con joyas, incorporando a veces adornos como plumas. El peinado iba a juego con la línea del vestido, hacia los lados y enriquecido con joyas, plumas y cintas.

Durante el reinado de Carlos II la moda española comienza a verse influida por la francesa de la cual se toman algunos detalles. Hacia el final del siglo XVII se produce el tránsito del traje compuesto por jubón y ropilla hacia el de casaca entallada con chaleco abotonado

El traje masculino evoluciona a la casaca con bocamangas adornadas con lujosas vueltas y encajes. El pañuelo y la corbata sustituyen a la golilla. Aparece el chambergo: sombrero de fieltro de ala muy ancha y flexible adornado con una pluma. Aumenta la altura del tacón en los zapatos. La melena se alarga o se sustituye por pelucas de pelo rizado.

De 1665 a 1700 la indumentaria femenina sufre cambios: el guardainfantes es reemplazado por el tontillo especie de enagua con aros de ballena dispuestos a intervalos regulares que servía para ahuecar la falda. Con la aparición del tontillo, la moda española conservó su originalidad frente a la influencia francesa en el resto de Europa. Cuando esta prenda cruzó los Pirineos y se estableció en Francia en el siglo XVIII se denominó Panier (nombre que se daba a las cestas que colgaban a ambos lados de los animales de carga) convirtiéndose en una pieza importante en lo que se llamó vestido a la francesa. Las mujeres llevaban el tontillo sobre un buen número de enaguas y debajo de la basquiña (falda exterior con pliegues en las caderas). El corpiño acaba en pico puntiagudo y a veces incluye broches o cordones para abrocharlo. El escote se amplía y deja al descubierto el cuello e incluso los hombros. Las mangas se hacen más sencillas.

Durante el reinado de Carlos II (1665-1700) se libera la melena y cae en trenzas o tirabuzones sobre la espalda. Gustan los pies pequeños y gráciles que se ocultan en chapines, una especie de chanclas muy elevadas con suela de madera forradas de cordobán, cuya misión era doble: ocultar el pie en su interior y proteger a los zapatos del barro y la suciedad de la calle.
 

La vida cotidiana en la España del Siglo de Oro







El siguente video es una extensa conferencia sobre los modos de vida del Barroco. En los primeros minutos se hace una breve introducción. En los minutos 15 al 25 hablan de las formas de viviendas, en el 47 empiezan a hablar de los usos de comida utilizan; en el 54 hablan de Velazquez.



Eslany Indriago, Sergio Pineda y Milimar Lopez.



Giambattista Marino y el Marinismo, la poesía barroca en Italia.


Giambattista Marino (18 de octubre de 1569, Nápoles - 26 de marzo de 1625, Nápoles), poeta italiano, fundador del estilo llamado Marinismo, después secentismo, caracterizado por un empleo extravagante y excesivo de conceptos-, que se impuso en la poesía italiana del siglo XVII. Su concepción de la poesía, basada en la exageración del artificio manierista, está llena de antítesis y toda una gama de juegos de palabras, pródiga en descripciones y de una sensual musicalidad. Gozó de gran éxito en su tiempo, comparable al que obtuvo Petrarca antes que él.


Fue muy imitado en Italia, Francia (donde era el ídolo de los miembros de la escuela “précieux” y de los llamados “libertins”), España (cuyo mayor admirador fue Lope de Vega) y otros países católicos como Portugal y Polonia, así como Alemania. En Inglaterra era admirado por John Milton y fue traducido al inglés por Richard Crashaw.


Fue el punto de referencia de la poesía barroca mientras estuvo en voga. En los siglos XVIII y XIX se le tildó, sin embargo, de fuente y ejemplo del “mal gusto barroco”. Con el renacimiento en el siglo XX del interés por procedimientos poéticos similares, su trabajo cobró nuevamente vigencia: fue leído con atención por Benedetto Croce y Carlo Calcaterra, y ha tenido muchos e importantes estudiosos, incluyendo a Giovanni Pozzi, Marziano Guglielminetti, Marzio Pieri y Alessandro Martini.


Instruido como abogado, Marino eligió no ejercer y en lugar de eso halló un inmenso éxito con la poesía que lograba publicar a pesar de la censura. Su obra más importante, un trabajo de más de 20 años, es el Adonis (1623), un poema extenso (más de 40.000 versos) que relata, con muchas digresiones, la historia de los amores entre Venus y Adonis. Su obra, aclamada por toda Europa, sobrepasó a las de sus imitadores, quienes llevaron sus complicados juegos de palabras y elaborada altivez y metáforas a tales extremos que "marinismo" se convirtió en un término peyorativo.

Marino permaneció en su Nápoles natal hasta 1600, llevando una vida de placeres después de romper su relación con su padre, quien quiso que su hijo siguiese sus pasos en la abogacía. Estos años de formación en Nápoles fueron muy importantes para el desarrollo de su poesía, a pesar de que la mayor parte de su carrera se desarrollase en el norte de Italia y en Francia. En este sentido, algunos críticos (incluido Giovanni Pozzi) han destacado la enorme influencia que ejercieron en él los círculos culturales del norte de Italia; otros (como Marzio Pieri) han insistido en que el Nápoles de entonces, a pesar de estar parcialmente en decadencia y oprimida por el dominio español, seguía gozando de una buena posición entre las capitales culturales de Europa.


El padre de Marino era un culto abogado que frecuentaba el círculo de Giambattista della Porta. Parece que tanto Marino como su padre participaban en las representaciones teatrales privadas de su anfitrión. Pero lo que es más importante: estos ambientes pusieron a Marino en contacto directo con la filosofía natural de Della Porta y los sistemas filosóficos de Giordano Bruno y Tommaso Campanella. Mientras que el propio Campanella se opuso al “Marinismo” (aunque sin atacarlo nunca directamente), este marco especulativo común debe ser tenido en cuenta con todas sus implicaciones panteísticas (neopaganas y heterodoxas), a las que Marino se mantendría fiel durante toda su vida y que se manifestarían en su poesía, obteniendo gran reconocimiento entre los pensadores más conformistas por un lado, y afrontando continuas dificultades por el contenido intelectual de su trabajo, por otro.


Otras figuras que influyeron especialmente en el joven Marino incluyen a Camillo Pellegrini, amigo de Torquato Tasso (a quien el propio Marino llegó a conocer, aunque brevemente, en la casa de Giovanni Battista Manso, y con quien intercambió sonetos). Pellegrini fue el autor de Il Carrafa overo della epica poesia, diálogo en honor a Tasso y en el que se le valoraba por encima de Ludovico Ariosto. El propio Marino es el protagonista de otro de los diálogos del prelado, Del concetto poetico (1599).



Marino se entregó a sus estudios literarios, al tiempo que mantenía múltiples relaciones amorosas y a una vida de placeres; lo hizo con tanto entusiasmo, que fue detenido al menos en dos ocasiones. En este sentido, como en muchos otros, el camino que tomó se asemeja bastante al de otro gran poeta de la época con quien ha sido a menudo comparado: Gabriello Chiabrera.



Pero un aura de misterio envuelve la vida de Marino, especialmente las distintas temporadas que pasó en prisión; uno de los arrestos se debió a que procuró un aborto para una tal Antonella Testa, hija del alcalde de Nápoles, pero se desconoce si el padre del niño era Marino o un amigo suyo. Sin embargo, algunos testigos, que incluyen tanto a detractores de Marino (Tommaso Stigliani) como a defensores (el editor y biógrafo Antonio Bulifoni), sostienen firmemente que Marino, mucha de cuya poesía es claramente ambigua, tenía tendencias homosexuales. Sea como sea, la falta de datos sólidos sobre este tema se debe obviamente a las persecuciones a las que se enfrentaban este tipo de “prácticas sodomitas”, especialmente durante el período de la Contrarreforma. Su segunda condena (por la que se jugó la pena capital) se debió a sus intentos de forzar las bulas episcopales para salvar a un amigo que se había involucrado en un duelo.


Marino abandonó Nápoles y marchó a Roma, primero al servicio de Melchiore Crescenzio, y después al del Cardenal Aldobrandini. En 1608 se marchó a la corte del Duque Carlo Emanuele I en Turín; este sería un período difícil para el poeta, ya que sería víctima de un intento de asesinato por parte de su rival Gaspare Murtola, y condenado a un año de cárcel por ciertos chismorreos maliciosos que había escrito sobre el duque.


En 1615 abandonó Turín rumbo a París, donde permaneció hasta 1623, honrado en la corte y admirado en los círculos literarios franceses. Regresó triunfante a Italia, y murió en Nápoles en 1625.

Marino tiene una extensa obra, tanto en prosa como en verso; sin embargo, su poesía sigue siendo la faceta más admirada e imitada de su trabajo.



Le Rime (1602) y La lira (1614)


Marino creó un nuevo, “suave, gracioso y atractivo” estilo para un público nuevo, distanciándose de Torquato Tasso y el petrarquismo renacentista, así como de cualquier norma aristotélica.


Su innovación puede ya observarse en sus Rime (Rimas) de 1602, más tarde ampliadas bajo el título La Lira en 1614, compuesta por versos eróticos, piezas sacras y encomiásticas, organizadas bien por temáticas (poemas marítimos, rústicos, amorosos, fúnebres o religiosos) o bien por formas métricas (madrigales o canciones).



A menudo entroncan con la tradición clásica de la literatura grecolatina, en especial con los poemas amorosos de Ovidio y el Dolce stil nuovo de la tradición italiana, mostrando una fuerte tensión experimental con las tendencias antipetrarquistas. En 1620 Marino publicó La Sampogna, una colección de poemas dividida en dos partes: una compuesta por idilios pastoriles y otra por versos “rústicos”. Aquí Marino se distancia de las temáticas amorosa, heroica y sagrada, en favor de la mitológica y bucólica.


L'Adone


L’Adone (Adonis), publicado en París en 1623 y dedicado al rey Luis XIII de Francia, es un poema mitológico en octavas dividido en veinte cantos. Recorre toda la vida de Marino.


Argumento


El poema trata sobre el amor de la diosa Venus por el príncipe Adonis, quien se refugia de una tormenta marina en la isla de Chipre, donde se encuentra el palacio de la diosa. Cupido, deseoso de ejercer su poder sobre su madre Venus, emplea sus flechas para hacer que su madre y el joven Adonis se enamoren el uno del otro.


Adonis escucha las historias de amor que Cupido y Mercurio le cuentan, y es dirigido al Jardín de las Delicias, dividido en cinco partes -una por cada sentido-, en cada una de las cuales participa de las delicias del amor. Llega hasta la fuente de Apolo -símbolo de la poesía- y guiado por Mercurio, visita finalmente las esferas de la Luna, Mercurio y Venus, donde adquiere importantes conocimientos científicos. Los celos alertan al dios Marte sobre el nuevo amor de Venus, y se encamina a Chipre. Cuando Adonis averigua que Marte está de camino, huye y es transformado en un loro por haber rechazado el amor de la diosa. Habiendo recuperado su forma humana gracias a Mercurio, es capturado por una banda de ladrones.


Adonis regresa a Chipre, donde gana un concurso de belleza, y es nombrado soberano de la isla, reuniéndose con Venus. Pero Marte consigue que Adonis muera en una cacería, atacado por un jabalí salvaje. Muere en los brazos de Venus y su corazón es transformado en una flor roja: la anémona. El poema se cierra con una larga descripción de los juegos fúnebres en honor del joven.


Técnica narrativa


En este frágil marco, Marino introduce las historias mitológicas más conocidas, incluido el Juicio de Paris, Cupido y Psyque, Eco y Narciso, Polifemo y muchos otros. De hecho el poema, originalmente proyectado en tres cantos, se enriqueció hasta el punto de convertirse en uno de los poemas épicos más extensos de la literatura italiana, compuesto por 5123 octavas (40.984 versos); una inmensa historia llena de digresiones sobre el tema principal y pausas descriptivas. En cuanto a la estructura, está dividido en tres partes: la primera, Adonis y Venus se enamoran por medio de Cupido; la segunda, trata de los amores y goces de ambos; y la tercera, relata la muerte de Adonis y el lamento de Venus.


Todo esto contribuye a visualizar L’Adone como un laberinto de intrincadas situaciones sin una estructura real. El extenso Canto XX, que tiene lugar después de la muerte del protagonista, rompe cualquier noción de unidad narrativa; y es precisamente esta carencia de unidad la gran innovación de Marino. El poeta compone su obra empleando varios niveles y salta de uno a otro episodio sin conexión lógica aparente, basando la unión entre ellos meramente en el lenguaje, rico en hipérboles, antítesis y metáforas.


En el Adonis, Marino cita y rescribe pasajes de La Divina Comedia de Dante, de Ariosto, Tasso y la literatura francesa de su tiempo. El objetivo de estos “préstamos” no es la imitación, y mucho menos el plagio, sino la voluntad de introducir un juego intelectual de erudición con el lector, de quien se espera que identifique las fuentes y aprecie los resultados de su personal reelaboración de los originales. Marino reta al lector a reconocer las citas y disfrutar de la reescritura del material, como parte de una concepción de creación poética en la que todo en el mundo (incluida la literatura del pasado) puede ser objeto de la nueva poesía. En este sentido, Marino transforma su Adonis en una especie de enciclopedia poética, que recoge y moderniza todas las creaciones anteriores del genio humano.


El poema también es la muestra de una nueva sensibilidad conectada con los últimos descubrimientos científicos (como por ejemplo el elogio a Galileo en el Canto X) y hallazgos geográficos (como en el Canto VII con su elogio de la pasiflora o “flor de la pasión”, recientemente importada a Europa desde las Américas).


El Adonis, a pesar de su virtuosismo técnico, es un trabajo rico en auténtica poesía, escrito en un estilo que a menudo alcanza la perfección rítmica.
A continuación, un poema de Marino traducido al español:


¿Qué enemigos habrá ahora que en mármol frío
no se tornen de repente,
si miran, señor, en el escudo vuestro
aquella orgullosa Gorgona tan cruel,
con cabellos horriblemente
vueltos amasijo de víboras
provocan escuálida, y pavorosa pompa?
¡Mas qué! Entre las armas ventaja
apenas os procura el monstruo formidable:
ya que la auténtica Medusa es vuestro valor.

Fuentes:
http://porestarcontigo.blogspot.com/2014/06/un-poema-de-giambattista-marino.html


Grupo: Simón Rodríguez, Fernando Toro, Gabriela González



Tendencias literarias en Francia durante el Barroco

Durante el período Barroco en Francia se cultivaron diferentes estilos literarios. Estos estilos estaban contrapuestos; sus búsquedas estéticas e intelectuales, en ciertos casos, eran radicalmente contrarias. Por ejemplo, tenemos el estilo culto, refinado, estéticamente recargado y ominoso en retórica de los preciosistas, presidido por figuras como Catherine de Vivonne. Como reacción a este estilo pretensioso surge teatro burlesco de Moliere. Además también se cultivo una tragedia de estilo eminentemente clásico cuya búsqueda fundamental imitar el teatro griego; sus mayores exponentes fueron Pierre Corneille y Jean Racine.

Para explorar este tema en mayor profundidad, visiten: http://literaturauniversal.blogspot.com/2008/09/clasicismo-francs-preciosismo.html

Grupo: Simón Rodríguez, Fernando Toro, Gabriela González

sábado, 30 de enero de 2016

Teoria sobre el Barroco


Teoría Sobre Barroco

EL BARROCO (SIGLO XVII)


El Barroco es una de las dos corrientes artísticas que comprende el Siglo de Oro. Recordemos que el Siglo de Oro abarca dos corrientes: Renacimiento (s. XVI) y Barroco (s. XVII). El Barroco se corresponde, pues, con el siglo XVII.

El Barroco es un periodo de CRISIS a todos los niveles. Hay crisis económica, social y también hay crisis en cuanto a la confianza del hombre en sí mismo.

Periodo de desengaño de los ideales humanistas. DESCONFIANZA EN LA NATURALEZA HUMANA, en oposición a la fe de los renacentistas en el hombre. Baltasar Gracián (autor del Barroco) tiene una frase que resume muy bien esta actitud: “Maldito el hombre que confía en otro, y sea quien fuere”.

Hay una VISIÓN PESIMISTA DE LA VIDA, frente al optimismo que caracterizaba al Renacimiento. Recordemos que el Renacimiento supuso una decidida confianza en el hombre, un entusiasmo ante la Naturaleza y enormes ganas de vivir. El mundo -se pensaba- podía ser organizado armónica y racionalmente .A estos sentimientos correspondía un claro idealismo. Ahora, en el Barroco, encontramos un profundo DESENGAÑO.

La sociedad barroca se debate entre dos extremos: por un lado, la suntuosidad y el lujo; por otro lado, el desaliento, la pobreza, la corrupción política. Hay una obsesión por aparentar.
Ese periodo está, además, marcado por la RIGIDEZ, la INTOLERANCIA RELIGIOSA (aspectos que ya vimos que se habían iniciado con Felipe II).
Pero este siglo de crisis y decadencia es, a la vez, de un prodigioso esplendor artístico y literario

Crisis social y económica
En el siglo XVII, España sufrió una grave crisis demográfica, consecuencia de la expulsión de casi 300.000 moriscos y de la mortalidad provocada por las continuas guerras, el hambre y la peste.
La sociedad española del siglo XVII era una sociedad escindida: la nobleza y el clero conservaron tierras y privilegios, mientras que los campesinos sufrieron en todo su rigor la crisis económica. La miseria en el campo arrastró a muchos campesinos hacia las ciudades, donde esperaban mejorar su calidad de vida; pero en las ciudades se vieron abarcados al ejercicio de la mendicidad cuando no directamente a la delincuencia.
Por otra parte, la jerarquización y el conservadurismo social dificultaban el paso de un estamento a otro y sólo algunos burgueses lograron acceder a la nobleza. La única posibilidad que se ofrecía al estado llano para obtener los beneficios que la sociedad estamental concedía a los estamentos privilegiados era pasar a engrosar las filas del clero. Este hecho, unido al clima de fervor religioso, trajo como consecuencia que durante el siglo XVII se duplicara el número de eclesiásticos en España.

El pesimismo Barroco
En el barroco, la concepción de la muerte está íntimamente ligada al desengaño y pesimismo que caracteriza la época. Se produce una vuelta al S XV, a la visión negativa del hombre, a la concepción de la vida como algo breve, fugaz, en oposición al vitalismo renacentista.

La importancia que cobra la muerte se debe en gran medida al protagonismo del TIEMPO: el hombre barroco piensa que el tiempo lo destruye todo y que conduce irremediablemente a la muerte. El poder destructor del tiempo da lugar a toda una serie de imágenes relacionadas con la caducidad de las cosas, que se repiten a lo largo de la poesía de este periodo:
Las ruinas: contraste entre el ayer y el hoy que muestra la decadencia que trae el tiempo
El reloj: imagen del paso del tiempo, de la brevedad de la vida, que marca con su sonido la inevitable llegada de la muerte.
Las flores: símbolo de la brevedad de la hermosura
Otros: los espejos, el laberinto, juegos de oposiciones, el azar o la fortuna.

Esta visión barroca provoca una angustiada visión de la existencia:
La vida es sufrimiento
La vida es breve
La inconsistencia de la vida
Vivir es ir muriendo.

Maria Laura Alcalá
Génesis González
David Oliveros

viernes, 29 de enero de 2016

Barroco Documental



Maria Laura Alcalá
Genesis Gonzalez
David Oliveros

Barroco en las Artes Plásticas

ESCULTURA



Sara Rodríguez T
Michela Lagala
Vanessa Mendt 

Barroco en las Artes Plásticas


Pintura



Sara Rodríguez T
Miquela Lagala
Vanessa Mendt

Barroco en las Artes Plásticas


Principales Escuelas

Escultura Barroca: la Escuela Castellana
Centrada en Valladolid y Madrid, presenta un realismo exagerado, patético, lleno de dolor y sangre, con un profundo dinamismo y unos rostros de gran expresión, pero sin caer en vulgaridades.
Gregorio Fernández (1576-1639)
De origen gallego, se instaló en Valladolid donde creó un taller con numerosos seguidores. A través de la anatomía intenta revelar la vida interior de sus personajes. Las cabezas son enormemente expresivas. Los ropajes, de formas quebradas y ricas en claroscuro, intensifican su expresión.
En la larga serie de Cristos Yacentes se aprecia la evolución de su estilo, transformando las dulces formas manieristas en otras más naturalistas. Ejemplo, El Cristo Yacente del Pardo.
El Cristo de la Luz de la capilla de la Universidad de Valladolid muestra ya un gran realismo dramático.

Cristo Yacente. Gregorio Fernández
Realizó Vírgenes Dolorosas y también trató el tema de la Inmaculada, como las que realizó para San Francisco de Valladolid o la de San Esteban de Salamanca.
Trabajó en grandes retablos que suponen la ejecución de numerosas estatuas y relieves, como el Retablo Mayor de la Iglesia de San Miguel de Vitoria o el retablo del Convento de las Huelgas en Valladolid.
Impulsó el género procesional con varios grupos para los Pasos de Semana Santa. En ellos la composición intenta conjugar las actitudes de las diferentes figuras, logrando atrevidas visuales de escorzo y de abajo a arriba. Ejemplos: el paso Tengo Sed o el del Descendimiento.
Escultura Barroca: la Escuela Andaluza
Se extiende por Sevilla, Granada y Málaga. Huye del realismo exagerado buscando la belleza sin rehusar del contenido espiritual. El realismo se idealiza predominando la serenidad y las imágenes bellas y equilibradas con un modelado suave.
Juan Martínez Montañés (1568-1694)
Es el creador de la escuela sevillana. Su producción es casi toda religiosa. Su talla está bien modelada, sus ropajes voluminosos dan grandiosidad a la imagen y concede gran importancia a la anatomía.
La obra que revela su verdadera personalidad es El Cristo de la Clemencia en la catedral de Sevilla. Sin excesivo dramatismo, con poca sangre y aún vivo, mira hacia abajo en actitud de conversar con el devoto. Responde al crucifijo con dos clavos en los pies, pero para evitar demasiada simetría, las piernas aparecen cruzadas.
Ejecutó obras tan importantes como el Retablo de Santo Domingo, de la que sólo se conserva la estatua de Santo Domingo, que se halla en éxtasis, aunque la expresión sea de calma, de oración interior.
En el Retablo de San Isidoro del Campo, de Santípoce, en Sevilla, destaca la figura de San Jerónimo, que está visto en todo su volumen porque saldría en procesión. Su expresión llega al máximo.
Crea el tipo de Niño Jesús desnudo, delicioso y bello. El de la Catedral de Sevilla desprende ternura, colocado sobre un cojín, extiende sus brazos demandando un abrazo. Supone un acercamiento a los afectos humanos.
La Inmaculada ocupa un lugar especial en su iconografía. Para la catedral de Sevilla hace una Virgen que es una mujer joven, con el manto caído sobre los hombros, con la cabeza levemente inclinada y una pequeña sonrisa ingenua y melancólica que la dota de gran religiosidad.
Juan de Mesa (1583-1627)
Se formó como aprendiz en el taller de Montañés. Sus clientes fueron principalmente cofradías procesionales. El crucifijo es el tema más frecuente en su producción y en especial, las imágenes de Cristo antes de la muerte.
La culminación de su dramatismo está en El Jesús del Gran Poder de la Iglesia de este nombre en Sevilla. Es una imagen procesional de vestir, es la imagen sufriente y envejecida por la cruenta pasión.
Alonso Cano (1601-1667)
Fue un artista completo, pintor, escultor y arquitecto. Su producción pasa por tres momentos, sevillano, madrileño y granadino.
En Sevilla realiza el Retablo de la Iglesia de Nuestra Señora de Oliva de Lebrija. La Virgen de Oliva muestra su estilo idealizado, que aparece de forma solemne, casi hierática, recogiendo su manto en la parte superior.
Para la catedral de Granada hace una Inmaculada. Con la cabeza inclinada, abstraída, parece sobreponerse al espacio y al tiempo. El manto la envuelve en amplias curvas. Se trata de pequeñas imágenes con las que crea tipos nuevos, con un equilibrio armónico entre el idealismo y el realismo.
Pedro de Mena (1628-1688)
Es el gran maestro de la escultura en Granada y fue colaborador de Alonso Cano. Su estilo desde gran virtuosismo. Le gusta la quietud, concentrando la atención en la cabeza y las manos. Huye de la exaltación del dolor, sus rostros están levemente estilizados, sus figuras son lánguidas y contemplativas.
Dos de sus mejores estatuas son el San Francisco de la catedral de Toledo y la Magdalena Penitente para los jesuitas de Madrid. Ésta última, es una figura juvenil, llena de angustia, que sujeta con fuerza un crucifijo con la mano izquierda y con la derecha se oprime el corazón. El punto de mayor expresividad es el rostro, que da idea de inmenso sufrimiento y que proclama la contenida emoción de un arrepentimiento.

Barroco en las Artes Plásticas

PINTURA 


Pintura del arte Barroco La expresividad de las figuras representadas y el intenso claroscuro son unas de las características más importantes de este período en la pintura.
El Barroco se caracteriza por la acumulación de formas y excesos de superposición de elementos ornamentales en el que aparecen columnas retorcidas y pilastras que no sostienen nada, arquitrabes y muros que se doblan y retuercen, figuras en los cuadros iluminados de forma antinatural y esculturas que buscan efectos ilusionistas.
Este arte responde a una mentalidad cada vez más homogénea, que adoptó sin embrago en los diferentes países formas variadas.
Podemos decir que el barroco es un estilo comprensible para todos, que se manifiesta con dos ideas contrapuestas.
La primera es la del barroco lujoso y cortesano, teatral y católico y la segunda la del barroco burgués destinado a representar la vida real, cotidiana y que abarca al protestantismo.
En la segunda mitad del XVII se desarrolló en el norte de Europa un estilo clásico diferente, conocido como neoclasicismo.

Pintura Barroca Española
El siglo de Oro de la pintura en España es el XVII y corresponde el movimiento pleno de la pintura barroca. Se da la circunstancia de que este momento dulce y prolífico de la pintura coincide también con el de la literatura.

En la pintura barroca española hay una serie de elementos comunes que son fruto del momento político y religioso que vive España.
Por un lado se percibe el pesimismo de la decadencia del gran Imperio Español del siglo anterior. Por otro lado, España está a la cabeza del movimiento de la Contrarreforma católica y la sociedad vive en el rigor impuesto en muchas áreas de la vida cotidiana por la Inquisición, por lo que van a predominar los temas religiosos, representados de manera dramática, apoyados por el tenebrismo italiano implantado por Caravaggio, corriente que al final terminaría por ser abandonada.
Existen otros temas, como los mitológicos y los profanos, pero en minoría con respecto a los religiosas.
Ejemplo de Pintura Barroca

Sara Rodríguez T.
Michela Lagala
Vanessa Mendt
 

Barroco en las Artes Plásticas

ESCULTURA

La escultura Barroca cobra un papel decorativo en la composición general de la obra.
E n ellas destacamos su complicada estructura y dramática vivacidad.
Las esculturas barrocas se distinguen por su gran movimiento y el dinamismo. Las imágenes muestran pasiones violentas, lentas y exaltadas. La valorización de aquellos motivos heroicos de la cultura renacentista injertos en la Contrarreforma y la pintura del Greco y de Caravaggio introdujeron nuevos contenidos religiosos y morales y contribuyeron a una radical renovación de la expresión figurativa.
La escultura barroca española tiene una serie de características propias:

- Predominan los temas religiosos.
-Exaltación del realismo. Para ello utilizan postizos como pelo real, corona real, ojos y lágrimas de cristal, etc. Se llegaron a crear imágenes de vestir, en las que se realizaban con minuciosidad cabeza, manos y pies para vestirlas con ropa real.
-El principal cliente de sus obras fue la Iglesia, y en segundo lugar la Corte.
- Se produce la decadencia de la escultura funeraria.
- Las obras decoran retablos, sillerías de coro y los famosos pasos de Semana Santa.
- Utilizan la madera policromada como material preferido.

Escultura barroca
Escultura de Arte Barroco 
 
Sara Rodríguez
Miquela Lagala
Vanessa Mendt