Extracto: "Tirso fue
influido por un teólogo, Francisco Zumel, quien era muy central a las ìentonces
frecuentes luchas entre diversas familias religiosas de su época (Muñoz 3).
Nacido en Palencia en 1540, Zumel llegó a ser General de la Orden de la Merced
en 1593. Se destacó como teólogo y profesor de Filosofía Moral en la
Universidad de Salamanca, e intervino en las reñidísimas controversias de
Auxiliis, que tomaron lugar de 1588 hasta su muerte en 1607 (3). Las
controversias de Auxiliis fueron famosas peleas entre los dominicanos y los
jesuitas, en las que se discutían puntos fundamentales que comprendían un modo
bastante distinto de explicar diversas cuestiones, tanto del orden natural como
del sobrenatural. Zumel siempre estuvo al lado de los dominicanos durante los
debates, usando su conocimiento de psicología humana en cuanto a la fe y la
religión. Zumel analizó el concepto de la voluntad en relación con la gracia de
Dios y la predestinación."
"El Burlador de Sevilla tiene muchos temas, pero uno de los más
fuertes es el tema del libre albedrío. Don Juan Tenorio, el personaje principal
de El Burlador de Sevilla, rompe las normas de la sociedad y vive de su propia
manera sin preocuparse por el papel que debe tener un hombre honrado de la aristocracia.
Para él, la voluntad y la libertad de acciones son centrales a su manera de
vivir; la vida es burlar y gozar, sin pensar en las implicaciones en este mundo
ni en el mundo espiritual. En la obra, Don Juan Tenorio burla a cuatro mujeres,
dejándolas solas sin honor. Lo hace sólo para divertirse y buscar aventuras.
Durante varias ocasiones en la obra, Don Juan justifica sus acciones con su
refrán preferido: ¡Que largo me lo fiais! En esta frase, Don Juan muestra que es
consciente de las implicaciones de sus pecados, pero no quiere cambiar su
manera de vivir ni quiere arrepentirse. Según María del Pilar Palomo Vázquez,
ìDon Juan Tenorio es el gran confiado que temerariamente reta a Dios por su
vitalismo sensual. Desoirá los auxilios de la gracia...î (fuente web 1). Ann
Nickerson Hughes, en su libro Religious Imagery in the Theatre of Tirso de
Molina, menciona que el movimiento general de la obra es un cambio gradual de
lo profano a lo religioso...î (138). El final de la obra muestra fuertemente
las intenciones religiosas de El Burlador de Sevilla, porque Don Juan Tenorio
es castigado por su manera de vivir. Durante una cena con el fantasma de Don
Gonzalo, quien murió al defender el honor de su hija, una víctima de las burlas
de Don Juan, Don Juan acaba en el infierno. Cuando se da cuenta de que está en
el infierno, Don Juan quiere arrepentirse y confesarse, pero no puede."
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