martes, 29 de diciembre de 2015

La locura de Juana


En su juventud nadie sospechaba de una enfermedad. Fue en su madurez que empezó a dar señales de un carácter emocional inestable, que, por supuesto, eran de dominio público.

Comenzaron con la muerte de sus hermanos y luego la de su madre. Más adelante muere su marido Felipe, causando el mayor efecto. Al verla llevar a cabo una procesión acompañada de su féretro, su padre decide extraerla de la escena política pública y apartarla para evitar estos episodios.

Se cree que no solo se debe a esto, sino que se trata de una estrategia, dado que la enajenación de la reina era esencial para el asentamiento de su marido, su padre y luego su hijo como reyes de las tierras de ella, que mantuvo el título hasta la muerte. Se cree que su condición fue exagerada deliberadamente al público en una conspiración. Sin embargo, existe certeza de que sí se fue agravando, posiblemente debido a la reclusión y las disputas de poder.

A pesar de ser reina, muere en su encierro 46 años más tarde, sin compañía más que de su última hija, Catalina, sin acceso a información ni control alguno sobre su vida.

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