La tendencia hacia una piedad menos popular y, por tal, menos gestual no se debe sólo a Erasmo y al erasmismo. En España, por motivos trasversales, se estaba llegando a un tipo de espiritualidad parecida a la erasmista, donde la teología por falta de filosofía, dejaba su puesto al derecho, confiando la interioridad al espíritu religioso. En este sentido Alcalá representó por una parte la base de los debates de escuelas, pero conservando la teología y la ortodoxia en el centro de la vida espiritual. Por eso Cisneros precede a Trento y por el mismo motivo a veces lo moderno es tradicional y viceversa. Los ecos de Savonarola, y, a través de él, de Pico de la Mirandola, llegaron a España. Por su parte la Inquisición no pudo controlar una ebullición espiritual de raigambre y evolución también hispana. "España tuvo sus llamadas de milenarismo y 1512 fue uno de los años de prueba. Tuvo sus profetas: el misterioso fray Melchor, Juan de Cazalla, sor María de Santo Domingo, beata de la Orden Tercera Dominicana. Marcel Bataillon ve en estas manifestaciones un tanto confusas de los últimos años del reinado de Fernando V, a los que se mezclan los medios judíocristianos, el punto de partida de la corriente iluminista, es decir, ese misticismo heterodoxo que constituye una de las características de la vida religiosa española bajo el reinado de Carlos V. Tales eran las estructuras de recepción de la vida espiritual española cuando, junto con el príncipe extranjero, se produjo en 1517 la llegada de un conjunto jamás igualado de corrientes y de influencias exteriores.
Entre ellas, la principal, por lo menos por calidad, resultó ser la de Erasmo, sin que tal pensamiento superase en precisión al de los ambientes selectos de la España de Cisneros y de Carlos V. Por ejemplo la Biblia Políglota de Alcalá resulta un trabajo filológica y teológicamente de una categoría insuperable en España y en Europa. La superioridad de Erasmo no se refiere, pues, ni a la mayor erudición ni a la superior precisión teológica. Su fama se debe a la novedad y a la influencia ejercida en una España preparada para recibirle. Por paradójico que pueda parecer en ciertas corrientes historiográficas la primera invitación de Erasmo en la península la recibió de Cisneros poco antes de la muerte del cardenal, para que fuese a enseñar a Alcalá. El humanista no retuvo atrayente lo que se hacía en la Complutense. Por otra parte el primado de Toledo no era el único personaje importante en la península atraído por el Novum instrumentum.
Erasmo podía contar con el apoyo incondicional del emperador y los personajes más influyentes de la corte y la jerarquía eclesiástica: el canciller Gattinara, el arzobispo de Compostela, don Alonso de Fonseca, el obispo de Palencia, don Pedro Ruiz de la Mota, el inquisidor general, don Alonso de Manrique, etc.
Sus obras se tradujeron a la lengua vulgar, gozando de mayor éxito el Enchiridion , traducido con el subtítulo del Manual del caballero cristiano (1526). Quizás el período de mayor apogeo fueron los años siguientes, hasta 1532-34, con El triunfo de la locura . Su teología cristológica, fruto de la reforma cristiana, influyó en toda la literatura religiosa del Renacimiento español: Juan de Ávila, fray Luis de León, fray Luis de Granada, Luis Vives y, ¿por qué no?, San Juan de la Cruz.
Extraído de Cultura e ideología en los orígenes de Carlos V, por Luis de Llera de la Universidad de Génova.
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Waleska Barroeta
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